El martes empastillado de cosas distintas aprendí la preparación del cactus de San Pedro, cómo elegir, cómo cortar, cómo limpiar, cómo licuar, preparar, y consumir. El trip se quedó escrito en la bitácora de una libreta de un amigo, cuando lo consiga lo transcribiré. Fué un día largo, con un gran abanico de sensaciones, "ando y desando" pensaba. A lo largo del día seguí bebiendo el licuado mescalinoso, tardó en golpear mi cabeza, para entonces; el sol se recostaba en mi inconsciente y la noche azul goteaba como acuarela en nuestros párpados. Y mi pensar siguió goteando mientras duermen los demás, dejé un rastro de acuarela por todo el lugar; dejé una pintura que jamás verás.