La vida y las conversaciones de esta vida, me dan risa. Conversar conmigo me deja atónito, cada soliloquio se vuelve más y más extraño. La guitarra sabe a nuez dulce, pero suena al eco de personas que conocí. Este año ha sido extraño, intenso, interesante, construyendo pirámides en mi ser de pensamientos y emociones que han ido cambiando a pasos gigantescos, creciendo, enriqueciendo mi totalidad mental a cierto grado de paz espiritual apoyada por una sed inmensa de comprender temas nuevos y uno mismo así como el entorno. La primavera y el verano han sido explosiones cósmicas de vivencias con tantos detalles y conversaciones que temo olvidar, intento dejar todo impreso dentro de mi para que aunque tal vez no lo recuerde de alguna manera module inconscientemente algún aspecto, que quede como la pelusa en una esquina de esta habitación, que ya ni sé si es vieja o nueva, más bien sin habitación ...es un plano extendido que se conecta en capas multidimensionales y deja de importar tanto esta capa material de realidad. Siempre espero que me llame la luna, pero solo grabo el sueno. El pasado, mis recuerdos, mis experiencias van y vuelven, a pasos gigantescos que no entiendo que mecanismo destalla algun recuerdo en particular, lo que me lleva a pensar que mi mente ha estado en un extasis permanente como no habia ocurrido, de muchisimos trips con mi persona, solo, y comprendiendo el papel de este paralelo que llamamos vida.