Vive verano, piensa invierno. Francamente no sé que ocurre, no sé cuando puse esta barda contra la repulsiva realidad, o cuando crece, cada respiro y paso que busco dar termina con una erosión introspectiva, erosión que pule en hastío mi patio de análisis cognositivo. Sé que se trata de algo temporal, el brillo lo ubico sin manchas, simplemente me siento cansado de no poder sonreir sin sentir un peso en mis hombros, en especial por no detenerme junto alguna escalera para olvidarme del camino, en este recorrido sin terminar por mis confines. Ultimamente no me he detenido para disfrutar y admirar la belleza de una simplicidad natural o acto, ultimamente no me he detenido...Solo queda detenerse o vivir, cayendo o deslizandose sobre los hilos de nuestra espiral dorada.
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